Mi objetivo con esta entrada, es
poder reflexionar e incitar a la reflexión a todos aquellos compañeros que les
parezca interesante mi tema. Basándome en mis escasas, pero productivas
vivencias dentro de la expresión corporal y tomando como referencia teórica el
siguiente artículo: http://www.revista-apunts.com/es/hemeroteca?article=1391
empezaré con mi aportación. Aunque no antes, sin mencionar a la autora de este
documento Inma Canales Lacruz, quien ha reflejado parte de su trabajo realizado
en la tesis Consecuencias pedagógicas de
la mirada y el tacto en la expresión corporal en este artículo. En él
ahonda en la comunicación no verbal y en particular en la comunicación táctil y
visual, suscitada en actividades del ámbito de la expresión corporal,
centrándose su objeto de estudio en el análisis de las vivencias del alumnado
procedentes de dichas actividades, para así poder valorar las consecuencias
pedagógicas que se extraen de las mismas.
Es
por ello, que la comparativa y la reflexión de sus resultados me ha parecido un tema muy interesante, pues yo
como casi todos mis compañeros hemos realizado en estos últimos meses una gran
cantidad de actividades de expresión corporal, dando lugar a experiencias y
sensaciones totalmente diferentes en cada uno de nosotros, como ya se pudo observar
cuando escribimos la pancarta tras la actividad de los abrazos u otro día al
poner en común y de forma anónima una palabra o sentimiento que describiese
como había sido para nosotros esa clase, saliendo cosas totalmente dispares. Por
todo ello, es aquí donde quiero empezar mi reflexión destacando, que frente a
una misma tarea expresiva planteada en una sesión cada individuo la experimenta
de forma personal. Algo fácil de ver con los ejemplos que ya he mencionado,
aunque también hay métodos más efectivos y a la vez simples como es proponer
que cada alumno haga su propio diario de prácticas. En ellos debemos
diferenciar algunos criterios como es la asistencia, pues necesitamos que
nuestro alumno consiga el mayor número de vivencias expresivas; otros criterios
pueden ser la profundidad y riqueza en las narraciones de los diarios, el
género o la edad.
Por
otro lado, debemos insistir en que los docentes desinhiban correctamente a sus
alumnos, antes de plantearles
actividades expresivas de mayor complejidad, teniendo siempre en cuenta
una serie de factores que nos facilitaran que nuestros alumnos se sientan más o
menos cómodos realizando tales tareas. Estos factores son la confianza con
quien comparten la tarea, las zonas corporales que les observan, el número de observadores
y la sala donde se realizan las
actividades de expresión corporal. Puede parecer una tontería, pero son
factores muy importantes que tanto yo como mis compañeros hemos experimentado y
comentado; sin ir más lejos en la primera sesión de expresión corporal de este
año, que era puramente de desinhibición, hicimos un ejercicio en el que formábamos
un gran circulo, donde todos debíamos imitar a una persona. En este ejercicio
el alumno se quedaba totalmente expuesto ante un gran número de compañeros y
para mí personalmente, fue una actividad algo vergonzosa en la que me puse
nervioso, pero sin duda me ayudo a desinhibirme rápidamente, algo que tampoco
fue muy difícil, dada la confianza que ya tengo con mis compañeros.
Sin
duda, con las escasas sesiones que para mi gusto, hemos realizado de expresión corporal,
nos ha dado tiempo a realizar un gran número de actividades expresivas en la que
nuestro lenguaje no verbal ha ido mejorando gradualmente. En ellas, al partir siempre
del principio de incertidumbre, cada sesión ha sido única, tanto grupal como
individualmente, haciendo que los alumnos experimenten y exterioricen todo tipo
de sentimientos y pensamientos, como en las actividades de los abrazos, la construcción
de esculturas, la imitación de movimientos de manera visual (con o sin
máscara), la representación de los emoticonos de WhatsApp, el desfile de disfraces,
guiar a un compañero que no ve solo con
el contacto físico, saludarnos con la mirada…
Por
otro lado, siempre que se realizan actividades que implican contacto físico,
puede producirse una sensación de incomodidad o bloqueo por parte de los
alumnos, es por ello que debemos trabajar bastante en este ámbito. Una de las
actividades que yo recuerdo como algo incomodas en un principio, fue la de rodear
con los brazos al compañero que se colaba por el espacio con diferentes
posturas, pero que tras cambiar varias veces de pareja me empezó a parecer normal
e incluso entretenida. Con ello quiero destacar la necesidad de trabajar bien
este tipo de actividades, pues el contacto físico es la mejor forma de exteriorizar
nuestros sentimientos y de comunicarnos con los demás. Otra forma muy útil de
trabajar este tipo de actividades es a través de mirada o por el contrario con
la ausencia de ésta, conociendo que una de las maneras más efectivas de
exteriorizar los sentimientos o emociones del alumno es atreves de su privación,
dándonos a conocer el mundo interno de éste. Este método lo pudimos
experimentar de manera recíproca cuando nos abrazaban o con la actividad de imitarnos
por parejas, donde uno hacía de modelo mientras cerraba los ojos y expresaba a
su compañero como sentía la música.
Sin
dejar de lado este artículo, en él Inma Canales hace una destacable reflexión e
investigación para dar con aquellos recursos y estrategias que soslayen las
posibles dificultades que afectan la vivencia de las actividades; un tema que
sin duda alguna, es de gran interés para todos aquellos docentes que trabajan
con la expresión corporal. Es por ello que el profesor debe estructurar su intervención
docente en base al índice de implicación emocional del alumnado, para así poder
diseñar recursos y estrategias efectivas, dirigidas hacia el proceso de desinhibición
de los alumnos en las sesiones de expresión corporal. Por todo ello, es tarea
del docente poder desbloquear a sus alumnos en situaciones tan cotidianas como
es el acto visual entre dos personas o el hecho de sentirse observado por la
calle.
Terminando
con mi aportación, quisiera lanzar dos preguntas al aire, con la finalidad de
que vosotros mis lectores podáis mejorar y embellecer mi humilde reflexión,
¿Cómo has vivido tú estas
actividades? ¿Sabrías mejorar aún más la
intervención educativa?
BIBLIOGRAFÍA
Canales, I. (2009). La mirada y
el tacto en la expresión corporal. Apunts.
Educación física y deportes, pp. 33-39. Recuperado de: http://www.revista-apunts.com/es/hemeroteca?article=1391
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