sábado, 7 de febrero de 2015

Pocas palabras bastan.

Cuando hablamos de expresión corporal, muchas veces nos vamos a relacionarlo con el teatro o con la danza, pero si nos paramos a pensar, en el cine, ha habido una época en la que había que transmitir un mensaje a través de únicamente nuestro cuerpo, que ha sido precursora de lo que vemos en el día de hoy. Seguir una historia sin escuchar una palabra y reírnos a través de las expresiones que realizaban estos actores es algo complicado y que no podría ser posible sin la expresión corporal, ya que la palabra no ha aparecido en este mundo hasta 1927.


Sin duda estoy hablando del cine mudo. Un arte a través del cuál desarrollamos la expresión corporal en toda regla. Expresar tristeza, risa, duda... continuamente con el objetivo de contar una historia de amor, de risa o de drama sin usar ni una sola palabra. El trabajo que había detrás de estas películas, debía consistir casi únicamente en aprender a usar nuestro propio cuerpo para decir cosas.

Al no estar muy desarrollado, las cosas que se realizaban con más ímpetu eran todas aquellas que se iban a lo cómico, caídas, persecuciones... acciones que rápidamente relacionamos a algo divertido. Al fin y al cabo, muchas cosas de las que hacían estos actores, era lo que hemos hecho en algunos ejercicios en clase. Expresar la locura, el amor, la tristeza... usando nuestro cuerpo o el de otra persona que actuaba como modelo, siendo lo más importante la expresión de nuestra cara, en la que más importancia poníamos y más sencillo nos parecía para poder conseguir el objetivo que se nos planteaba en las sesiones. Muy parecido a lo que a día de hoy realizan los mimos, conseguir embaucar a las personas que lo miran y que además van representar todo el escenario.

El ejemplo que todo el mundo conoce es Charles Chaplin, capaz de hacernos sentir a través de sus simples muecas o de sus posturas lo que le estaba ocurriendo durante un largo rato y entender una historia sin escuchar tan sólo una palabra. Un trabajo de expresión corporal continuo que consigue dar inicio a uno de los artes más importantes, el arte del cine.





Pero al fin y al cabo, estas actuaciones eran simples, fáciles de explicar a través de la creatividad, y que dejaba claro qué era lo que teníamos que sentir en cada momento los que estábamos detrás de la pantalla, por eso pregunto, ¿era más fácil expresar en el cine mudo a través de nuestro cuerpo (teniendo en cuenta que son cosas sencillas), o a día de hoy en el cine a través de la palabra?

3 comentarios:

  1. Pablo, firma tu post con el apellido por favor. Muy interesante tu reflexión. ¿Habéis visto la película The Artist?

    Marta A.-

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Me gustaría comentar esta entrada de mi compañero Pablo Moreno, ya que me parece un tema realmente interesante.

    Coincidiendo con la lectura del artículo para la primera tarea sobre educación artística y expresión corporal en estas semanas, hemos llegado a conocer que los expertos coincides en que existen cuatro puntos importantes dentro la dimensión expresiva del movimiento: expresividad, comunicación, estética y creación.

    Las películas de cine mudo que ha comentado mi compañero son un claro ejemplo de unión de estos cuatro parámetros que conforman de la expresión corporal: son una muestra constante de estados de ánimo, sentimientos, emociones; su finalidad máxima es la comunicación, pues no existe diálogo hablado y toda la comunicación radica en la expresión corporal; es algo propiamente estético ya que busca la atracción y satisfacción del espectador; y, por último, se trata de algo creativo, tanto desde el punto de vista de la elaboración de una historia al tratarse de una película, como desde el punto de vista de la aportación propia de los actores, pues hemos comprobado en algunas de las sesiones prácticas las múltiples expresiones de tristeza o alegría, por ejemplo, que encontramos en los distintos individuos.

    Por último, quiero responder la pregunta que nos lanza Pablo. Desde mi opinión, creo que es más fácil expresar en el cine hablado. Bien es cierto, que existen actores/actrices en el cine hablado sublimes que debido a su gran expresión facial y corporal que hacen de las películas auténticas obras maestras, pero creo que el apoyo que tienen estos profesionales en la palabra facilita en gran medida la expresión, pues resulta más complicado expresar directamente algo procedente de la mente, del sentimiento, que algo procedente del exterior como la palabra. Podría decirse que la palabra es el vehículo que facilita la relación mente-cuerpo.

    Gonzalo Maldonado

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