La danza clásica o ballet es un
tipo de danza cuyos movimientos requieren un control total del cuerpo. La
característica más importante que le diferencia de otras danzas es que cada paso
está codificado.
Es una danza en la que participa
todo el cuerpo como si fuera un conjunto simultáneo de dinámica muscular y
mental, haciendo que los movimientos sean armoniosos.
Pero de lo que os quería hablar
es de la relación de la danza clásica con la gimnasia rítmica. ¿Os habéis
planteado alguna vez las similitudes de ambas? Ahora que os he hecho esta
pregunta seguro que habéis pensado que sí, que algo tiene que ver, ¿pero a qué
nivel de importancia?
La danza clásica es un pilar
fundamental en la gimnasia rítmica. Son innumerables sus aportaciones a la
gimnasia, pero se centran principalmente en el control postural.
La fortaleza física en las
gimnastas es muy importante, por ejemplo, para la ejecución de saltos. El
ballet es capaz de aportar esta cualidad a la gimnasta. También influye
positivamente en la ejecución de los giros sobre un eje corporal, cuya columna
vertebral debe estar rígida.
Respecto a los giros, recuerdo la
clase en la que Marta nos enseñó a realizar uno frente al espejo y nos resultó
bastante complicado. Como bien dijo, en este elemento la cabeza no gira a la
par que el cuerpo. Una compañera de primero que práctica danza clásica resumió
la clave en esta frase “la cabeza es lo
último que se va y lo primero que vuelve”. Esta es una de las dificultades
más comunes para las gimnastas. Para ello se establece un punto de referencia
con la mirada.
Otra relación entre ambas
disciplinas es que en la danza clásica se realizan ejercicios para mejorar el
tono muscular y esto es muy necesario para las gimnastas en los equilibrios,
giros y series de saltos.
Uno de los aspectos más
importantes para los jueces de gimnasia rítmica son los empeines estirados, es
decir, pies en “punta”, el cual es también importante para la danza clásica,
por lo que en ambas se establecen ejercicios para mejorar la flexibilidad del
empeine.
Tanto en la danza clásica como en
la gimnasia rítmica se aprende a sincronizar los movimientos de la ejecución
con la música. Este aspecto también es muy importante en la valoración de los
jueces.
Por último, en el ballet y en la gimnasia se aprende actitud a la hora de presentar el montaje ante un público y ante los jueces.
En definitiva, la danza clásica
debe ocupar una parte en el entrenamiento de las gimnastas, pues constituye la
base principal para dominar el control postural y el fortalecimiento del tono
muscular.
Bibliografía:
·
López, R. (2000). El mejoramiento de la performance estético- deportiva: un enfoque
práctico y educativo. Buenos Aires.